Podría
ser un fósil
pero
soy una niebla
y,
en mi trayecto, golpeo mi boca.
Mi
fiesta ha terminado.
Ya
la luna es de arcilla
y
el amor un dilema.
Podría
ser un barco
pero
soy un aroma
y,
en tus ojos, encuentro la ternura
del
verano,
la
caricia del viento.
Me
desnudo en la luz
de
mis últimos pedazos.
Mi
fiesta ha terminado.
Cerca
de la tierra
espero
el diluvio de la nada.
Podría
ser unos ojos,
un
perfume
pero
soy el polvo que dejan los ramajes,
el
idioma de las nubes.
Mi
fiesta ha terminado.
Vengo
de las estrellas fugaces
y
de los huesos del agua,
del
mundo de la luz reflejado en las uvas
y
del color de las hojas.
Podría
ser un párpado
pero
soy unos labios.
Podría
ser un fulgor
pero
soy un espejo.
De: La doble rendija
(en preparación)
Daniel Noya
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