“La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.”

(ALDO PELLEGRINI)

martes, 28 de diciembre de 2021

Elogio de la lejanía: Paul Celan



ELOGIO DE LA LEJANÍA

 

En la fuente de tus ojos

viven las redes de los pescadores de la mar del extravío.

En la fuente de tus ojos

el mar cumple su promesa.

 

Aquí arrojo yo

un corazón que se detuvo entre los hombres,

mi ropa y el esplendor de un juramento;

 

más negro en lo negro, más desnudo voy;

sólo infidente soy fiel;

yo soy tú si yo soy yo.

 

En la fuente de tus ojos

desvarar suelo y sueño un rapto.

 

Una red prendió una red-

nos separamos enlazados.

 

En la fuente de tus ojos

un ahorcado estrangula la soga.

 

De: La arena de las urnas

 

Paul Celan

viernes, 10 de diciembre de 2021

Perdón: Daniel Noya

 


(99)

 

Perdón,

se me acabó de repente el aura

y siento un extraño dolor en las entrañas.

Perdón, sin agallas estoy,

naufragando de claridad y sin poder ya verte en los abrazos que habitan

en la madrugada.

Perdón,

ya solo veo un páramo infinito que se abre ante mis ojos inocentes,

ya solo soy un corazón perdido en un paraje que apenas ya

ni respira,

ya solo escucho una única canción

que se ha pegado a mi lengua y que me duele como una nostalgia.  

Perdón,

me ha llegado de repente la noche

y estoy sin inspiración,

imaginando ser el niño que por la noche tenía miedo

de las salamandras,

que amaba desde el balcón la rebeldía dibujada

en el azul sofocante del primer amor.

Ya solo recuerdo al joven que viajaba en un tren cargado de ilusiones.

Que amaba los parques en las tardes filosóficas sin relojes.

El que caminaba solitario

con las alas del tiempo al amparo de la primavera

y leía sus primeros poemas en la soledad de los ríos.

Perdón,

ya mis ojos están secos, mis labios definitivamente con sed,

mi sangre entregada a otra luz donde siempre es medianoche.

Perdón,

ya solo puedo ser el niño que miraba siempre hacia el cielo,

el joven que lloraba a oscuras

su desamparo de frío invierno

y escribía en su diario palabras que todavía no comprendía.

Perdón,

ya solo puedo ser el poeta que vive en lo hondo, en el adiós,

en la voz de los débiles,

el poeta que vive en el frío, sintiendo a lo lejos

que su vida pudo ser hermosa

a pesar de los golpes, a pesar de las heridas.

 

De: Cien fuegos

 

Daniel Noya

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 28 de noviembre de 2021

Oración: Piedad Bonnett

 











ORACIÓN

 

Para mis días pido,

Señor de los naufragios,

no agua para la sed, sino la sed,

no sueños

sino ganas de soñar.

Para las noches,

toda la oscuridad que sea necesaria

para ahogar mi propia oscuridad.

 

De: Tretas del débil

 

Piedad Bonnett

 

 

martes, 23 de noviembre de 2021

Huérfano corazón: Daniel Noya













(98)

Huérfano corazón

ya no murmuras en el desorden de la noche,

ya no hablas a la eternidad

ni cantas

la luz del mediodía.

Escribes

desde la ausencia, sin hondura, bebiéndote el dolor

a sorbos,

lastimándote la fantasía,

dejándote

las pupilas en la oscuridad de tus póstumos papeles.

Ya no te agitas en las raíces

ni te secas las lágrimas en la madrugada al calor de las hogueras.

Ya no sangras, corazón, en el acento de la brisa

con la que se despide noviembre.

Y escribes

alejándote del vértigo con el que la piel

ama a otro cuerpo

y ama la respiración del aire.

 

De: Cien fuegos

 

Daniel Noya

 

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Para Merche

 


















(Para Merche López Romo,

que expresa sin palabras, pero con todos los colores, la belleza del mundo)

 

Escribir sobre el sabor

de tus colores sobre el lienzo.

Poner en palabras,

por ejemplo,

el azul del cielo que cubre las amarillentas montañas

del lejano valle.

Ver cómo dibujas el bosque como una explosión

de luz

en la piel incandescente de la tarde.

Sentir

cómo encierras en el reflejo del agua, en la quietud de las flores,

el misterio visual e inexplicable de la vida.

Soñar que te envuelves en ese color blanco

que se difumina en manchas con la nube,

respirar sobre esa blancura que se confunde a lo lejos con la nieve,

sentir

al color blanco viajar

hacia la azul claridad de nuestros ojos que contemplan,

como espejos,

la bondad que nace de tus manos.

 

Daniel Noya











miércoles, 3 de noviembre de 2021

Apegado a la lluvia: Daniel Noya


(97)

 

Apegado a la lluvia,

al presente,

casi huérfano de luz, de aire, lejos de la frase

desveladora

que abrirá de par en par el único camino,

cerca de la voz que fue como un soplo verde,

como un jardín secreto para hablarte con la lengua del amor,

apegado también

al invierno

y oyendo en silencio el ulular de mi soledad,

lejos del lugar

donde tantas veces estuve recreándome en la belleza

del cuarzo,

ahora sí deshojando el último círculo,

apenas ya visible y cerca de ser ya polvo,

con la tormenta en las manos y el cuerpo lleno

de agujeros,

apegado a la noche,

dibujando

en la memoria de una última página en blanco

la gramática

de unos versos que nieguen la herida sin cicatrizar

de todos mis poemas tristes.

 

De: Cien fuegos

 

Daniel Noya

miércoles, 20 de octubre de 2021

Déjalo estar: Daniel Noya

 


             




















           La inocencia es mi máscara

                                    (Sylvia Plath)

 

(96)

 

Déjalo estar.

Es mejor cerrar la puerta al extravío del recuerdo.

Si sigues

es cuando duele.

Pero te puede

el ahora,

la casa abandonada en su invierno, tus pisadas

como músculos descarnados en la noche,

el sol saliendo detrás de la montaña,

tu madre mordiendo el hilo de coser

con su boca de dulzura

y la poca vida te pide

volver.

 

De: Cien fuegos

 

Daniel Noya


lunes, 18 de octubre de 2021

Lo que nos lanzó a estar juntos: Paul Celan

 















LO QUE NOS

lanzó a estar juntos

se separa en espanto,

 

una piedra sideral, en lejanía de soles,

zumba.

 

De: Compulsión de luz

 

Paul Celan

domingo, 17 de octubre de 2021

Los instantes se parecen: Daniel Noya

 











(95)

 

Los instantes se parecen.

A veces son nubes pasajeras, manantiales

de luz

que se agotan

y luego reaparecen en el color amarillento de las hojas

de algunos árboles.

 

Los instantes son sombras que calman,

raíces que nacen en la piel joven

como hogueras luminosas.

 

Los instantes son también

el deseo de perderse en una isla llena sólo de pájaros

o las ganas de abrazarse a la tierra

y sentir el beso tardío

del aire.

 

Los instantes siempre son alejarse del relámpago de la muerte.

 

Son barro efímero, frío dolor, risas que aman,

escarbar

en la arena de la infancia

para de nuevo volver a encontrar la poesía de la inocencia.

 

Los instantes son hojas caídas,

labios

que se abren a la alegría de los silencios,

rincones donde se dibujan a vuelapluma las estaciones.

 

Son a veces el lugar donde se respira el placer sin mentiras

en la orilla de tus ojos.

 

Son otras veces el mensaje del mar sobre la arena caliente

donde aprendemos

la belleza de la vida.

 

Los instantes se parecen.

 

Los instantes son respiraciones

donde sólo cabe el infinito,

donde sólo caben las lágrimas de los recuerdos

y las canciones

de la lluvia.

 

De: Cien fuegos

 

Daniel Noya