“La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.”

(ALDO PELLEGRINI)

sábado, 28 de octubre de 2017

Siento el olor de la pulmonaria


















Siento el olor de la pulmonaria

de Mandelstam.





Allá en la pléyade

del monte Taigeto

y donde mora la iglesia del profeta

que dijo:

No soy mejor que mis antepasados,

el poeta encontró su alimento.



Yo me alimenté de sus versos

húmedos

en mi juventud.



Aún recuerdo los sueños de Scherezade

y los dedos calientes

de las Musas,

el hilo que conduce a la piel

del reconocimiento.



Aún recuerdo un cielo

con escamas

y unos labios que me besaban

hasta el cartílago.



En mi vejez

suena ya el ruiseñor de la muerte

y mi corazón

es ya ajeno,

pero aún combato las tinieblas.



Y alimentado como estoy

de tus dulces versos

espero

el aliento de una nueva primavera,

sin temor al rocío,

espantando a la noche definitiva,

sobre la cima estrellada

de tu monte Taigeto.

De: La doble rendija
(en preparación)

Daniel Noya




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