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“Aquella noche vertiste con tus besos / en mi boca una
gota de eternidad”
(Forugh
Farrojzad)
Para
que me recuerden tus labios a la eternidad,
he
encendido este pequeño relámpago,
este
aliento de luz
que
ilumina tus ojos.
Te he
besado en los lejanos rincones melancólicos
donde
sólo se oye el corazón
de los
secretos.
Para
que me recuerden tus manos
a las
caricias,
he
tocado las entrañas de las maravillas,
he
dormido en el desván de mi soledad
junto a
las cartas
que nos
escribimos,
soñando
que aún había tiempo,
soñando
hasta sobrevivirme
en las
noches oscuras.
De: Cien
fuegos
Daniel Noya
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