“La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.”

(ALDO PELLEGRINI)

sábado, 18 de febrero de 2017

Afrodita, un poema de Órdenes del corazón






















AFRODITA

(Y no sé qué me pasa: antes era yo quien abandonaba a las mujeres 
y ahora no sé 
qué me pasa que son las mujeres quienes me abandonan…). 
Anónimo


        

Algunos hombres alguna vez hemos estado secretamente  enamorados

de Afrodita.



Todavía recuerdo cuando apareció desnuda  flotando milagrosamente

 sobre  la blanca  espuma del mar.

 Era  tan hermosa que hasta  el aire se paralizó.

 Tuve que combatir metafóricamente con las celosas olas para poder acariciarla.



Cuando la llevé hasta tierra ella se secó el agua salada

 desparramando su larga cabellera.



Con un suspiro melancólico me encadenó a su  cuerpo  extranjero.



Desde entonces velé como un amante su sueño, la adorné con guirnaldas de flores y la alimenté con toda clase de frutos.



Desde entonces la conduje   hacia el salobre resplandor  de  la ternura.



Hasta que un día la  hablé de amor

         pero  me reveló que era imposible hacer el amor con una diosa.



Y aunque la cuidé amorosamente en mi casa  ella prefirió marcharse para habitar en una concha.



En la despedida

 le dije, como en una película de Truffaut: el amor duele, ¿verdad?

         Me dijo que sí.



Desde entonces busco en la tierra el sabor de aquel primer roce. 

                                                              

                                                                                      Daniel Noya










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