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LA PRIMERA PIEDRA
porque cada pájaro muere por su lengua
(“Theodoros” Mircea Cartarescu)
El que esté libre de pecado
que abrace
una tenue esperanza,
que invente una rebelión para salvar a las libélulas,
que no destape
al menos
los demonios encerrados en una tinaja.
Que siempre siga la estela de los sueños
y guarde la memoria de las enseñanzas encerradas
en la vieja Hélade.
El que esté libre de pecado
que gane
el pan con el sudor de su frente.
Que no se llene los ojos de arena.
El que esté libre de pecado
que recite una alegre letanía, se aprenda un proverbio
o abrace una nostalgia,
que en los naufragios
al menos
lo rescate siempre la belleza de los ojos de Nausicaa.
El que esté libre de pecado
que no destruya las raíces de la tierra,
que ame a sus enemigos
y despliegue sus alas por los oasis y las montañas,
que no pierda
al menos
las cuerdas vocales odiando y que espere
el resplandor del cielo al alba.
Que no tire la primera piedra.
Que mire
al menos
crecer la hierba o le roce la alegría de la lluvia.
Que su prófuga sombra no desaparezca
en lo profundo del Hades.
Que no se pierda en el mar como un iceberg.
Que no vea sólo la paja en el ojo ajeno.
El que esté libre de pecado
que muera por su propia lengua.
De: Sin señal
Daniel Noya