“La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.”

(ALDO PELLEGRINI)

lunes, 19 de mayo de 2025

En la espera: Daniel Noya





En la espera se encierra

un secreto.

 

Yo vivía en la más lejana oscuridad.

 

Desconocía entonces el atributo de lo que estremece.

 

Pero hablaba desde el idioma más íntimo de mis poros.

 

Había leído que para Anna Karenina todo a su alrededor

era fealdad

y que a Pavese le encantaban las cerezas.

 

Había visto cómo termina una historia de amor en Mali.

 

Por eso me parpadeaba en el corazón 

una pálida pena.

 

Por eso

aprendía a gozar

del sabor de un melocotón en la boca.

 

De: Sin señal

 

Daniel Noya








viernes, 28 de marzo de 2025

La primera piedra: Daniel Noya


 


 (2)

 

LA PRIMERA PIEDRA

 

porque cada pájaro muere por su lengua

(“Theodoros” Mircea Cartarescu)

 

El que esté libre de pecado

que abrace

una tenue esperanza,

que invente una rebelión para salvar a las libélulas,

que no destape

al menos

los demonios encerrados en una tinaja.

 

Que siempre siga la estela de los sueños

y guarde la memoria de las enseñanzas encerradas

en la vieja Hélade.

 

El que esté libre de pecado

que gane

el pan con el sudor de su frente.

 

Que no se llene los ojos de arena.

 

El que esté libre de pecado

que recite una alegre letanía, se aprenda un proverbio

o abrace una nostalgia,

que en los naufragios

al menos

lo rescate siempre la belleza de los ojos de Nausicaa.

 

El que esté libre de pecado

que no destruya las raíces de la tierra,

que ame a sus enemigos

y despliegue sus alas por los oasis y las montañas,

que no pierda

al menos

las cuerdas vocales odiando y que espere

el resplandor del cielo al alba.

 

Que no tire la primera piedra.

 

Que mire

al menos

crecer la hierba o le roce la alegría de la lluvia.

 

Que su prófuga sombra no desaparezca

en lo profundo del Hades.

 

Que no se pierda en el mar como un iceberg.

 

Que no vea sólo la paja en el ojo ajeno.

 

El que esté libre de pecado

que muera por su propia lengua.

 

 


 

De: Sin señal

 

Daniel Noya