UN PAÍS A NUESTRO DOLOR
Para José Luis Otamendi y Daniel Macías
Somos extraños en el único lugar donde
no somos extranjeros,
aunque a nadie conoce el río como a
nosotros,
ni su fondo de fango e historias
podridas.
Extraña nuestra forma de mirar las
puertas,
el amor,
las mayorías.
Igual que otros,
extravagantes temporeros
llegados por la cosecha de recuerdos
amarillos.
Tejemos con ellos un viejo mantel de
tiempo,
un lugar adonde trasladarnos un día,
todos juntos,
cuando sucesivamente caduquen los
salvoconductos,
los cuerpos y los labios.
Un lugar
no extranjero
a todas partes extraño.
Qué tarde se
nos ha hecho
Antonio Orihuela
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