“La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.”

(ALDO PELLEGRINI)

jueves, 20 de diciembre de 2018

Torpemente el amor busca: Pedro Salinas




    Torpemente el amor busca.
    Vive en mí como una oscura
    fuerza extrañada. No tiene
    ojos que le satisfagan
    su ansia de ver. Los espera.
    Tantea a un lado y a otro:
    se tropieza con el cielo,
    con un papel, o con nada.
    Ni aire ni tierra ni agua
    le sirven para salir
    desde su mina a la vida,
    porque él ni vuela ni anda.
    Sólo quiere, quiere, quiere,
    y querer no es caminar,
    ni volar, con pies, con alas
    de otros seres. El amor
    sólo va hacia su destino
    con las alas y los pies
    que de su entraña le nazcan
    cada día, que jamás
    tocaron la tierra, el aire,
    y que no se usaron nunca
    en más vuelos ni jornadas
    que los de su oficio virgen.
    Y así mientras no le salgan,
    fuerzas de pluma en los hombros,
    nuevas plantas,
    está como masa oscura,
    en el fondo de su mar,
    esperando que le lleguen
    formas de vida a su ansia.
    Se acerca el mundo y le ofrece
    salidas, salidas vagas:
    una rosa, no le sirve.
    El amor no es una rosa.
    Un día azul; el amor
    no es tampoco una mañana.
    Le brinda sombras, espectros,
    que no se pueden asir,
    llenos de incorpóreas gracias;
    pero un querer, aunque venga
    de las sombras,
    es siempre lo que se abraza.
    Y por fin le trae un sueño,
    un sueño tan parecido
    que se siente todo trémulo
    de inminencia, al borde ya
    de la forma que esperaba.

    Que esperaba y que no es:
    porque un sueño sólo es sueño
    verdadero
    cuando en materia mortal
    se desensueña y se encarna.
    Y allá se vuelve el amor
    a su entraña,
    a trabajar sin cesar
    con la fe de que de él salga
    su mismo salir, la ansiada
    forma de vivirse, esa
    que no se puede encontrar
    sino a fuerza
    de esperar desesperado:
    a fuerza de tanto amarla.
 

 Razón de amor

Pedro Salinas

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