“Para él sangra la cereza” (Paul Celan)
Ruido
de agua rompe el silencioso
recorrido
de la noche.
¡Qué
extraña posa la melancolía en este invierno!
Ya nada
queda por descifrar
a no ser
que te golpee con fuerza otro
imposible
destello.
Así que
abre las manos a una luz mortecina
y abre
las manos heridas al mediodía
de los
copos de la nieve.
Así que
aprende
y respira
en los labios de una vida sin sentido.
De lo
profundo nace
la
claridad de las metáforas.
De su
infancia recuerda el sabor de las cerezas robadas.
Y
todavía hoy
sigue
buscando entre el laberinto de nombres
las
palabras que trajo el aire cuando la verdad se reflejó
en la
voz del agua.
Y
todavía hoy
se
queja de que no haya respuestas.
De: Cien fuegos
Daniel
Noya
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