MIRADA DEL INVIERNO
Me inclino como una escalera y entro
con el rostro al primer piso del
cerezo.
Estoy dentro del reloj de los colores,
que suena a sol.
Me devoro los frutos negrirrojos más
rápido que lo que tardan cuatro urracas.
de pronto soy alcanzado por un frío a
larga distancia.
El instante ennegrece
y queda como la muesca del hacha en un
tronco.
A partir de ahora, es tarde. Nos vamos
corriendo a medias
hasta quedar fuera de la vista, abajo,
abajo, en el antiguo sistema de las cloacas.
Los túneles. Allí caminamos durante
meses,
la mitad en servicio y la mitad
huyendo.
Breve recogimiento en el que alguna
escotilla se abre sobre nosotros
y una luz débil cae.
Miramos hacia arriba: el cielo
estrellado a través de la reja de alcantarilla.
De: La barrera de la
verdad
Tomas Tranströmer
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