POR ÚLTIMO, SIN ESE BUEN AROMA SUCESIVO
Por último, sin ese buen aroma
sucesivo,
sin él,
sin su cuociente melancólico,
cierra su manto mi ventaja suave,
mis condiciones cierran sus cajitas.
¡Ay, cómo la sensación arruga tánto!
¡ay, cómo una idea fija me ha entrado
en una uña!
Albino, áspero, abierto, con temblorosa
hectárea,
mi deleite cae viernes,
mas mi triste tristumbre se compone de
cólera y
tristeza
y, a su borde arenoso e indoloro,
la sensación me arruga, me arrincona.
Ladrones de oro, víctimas de plata:
el oro que robara yo a mis víctimas,
¡rico
de mí olvidándolo;
la plata que robara a mis ladrones,
¡pobre
de mí olvidándolo!
Execrable sistema, clima en nombre del
cielo, del
bronquio
y la quebrada,
la cantidad enorme de dinero que cuesta
el ser
pobre…
De: Poemas humanos
César Vallejo
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