¿Son los caníbales rusos peores que los
ingleses?
Por supuesto. Los ingleses comen sólo
los pies, los rusos el alma. “El alma es un espejismo”, le dije a Anna
Alexandrovna, pero siguió comiéndose la mía de todos modos.
“¿Como un exquisito pato confitado o
como una brillante almeja en salmuera?”, pregunté. Pero ella se limitó a
frotarse el vientre y sonreírme desde el otro lado de la mesa.
El mundo no se acaba
Charles Simic
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