DEL VIAJE DE BODAS DE MI PADRE
Y
DE MI MADRE
Julio del treinta y seis: en Ávila, mi
padre
grabó en la muralla sus dos nombres.
El cielo de verano lo cruzaron
las balas negras de las golondrinas
que ya anunciaban los primeros muertos.
No me queda más épica.
Con los años, el miedo de aquel niño
me enseñó a estar callado y a soñar
escuchando sus voces: Tendrás también tu guerra.
No queda nadie ya de los que así
decían.
Nunca he grabado en piedra ningún
nombre,
pero tampoco me abandona el miedo,
porque la vida me mostró las caras
de los que bien podrían ser hoy mis
asesinos.
Todos los poemas
(1975-2015)
Joan Margarit
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