LAVANDERA
De rodillas, en el tablón anclado o en
la margen del Ems
junto al nivel del agua
puedes mojar, enjabonar la ropa,
golpearla,
restregarla en la piedra con un compás
idéntico de claridad y aroma,
torcerla y retorcerla para que el
chorro añada mayor espuma al río;
puedes llorar, cantar, callar en tanto
que renuevas
el blanco de una sábana que supo del
sudor del amor y de la muerte
que ahora, ardor y frío, se diluye
contigo río abajo.
De: A orillas del Ems
María Victoria Atencia
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