-San Agustín parece estar convencido de
que el amor es un germen que se siembra también en la muerte. (…) San Agustín
creía que el Eros mataba algo dentro de nosotros. El amor, dice, mata “lo que
hemos sido”, la sustancia que recuerda, los mitos previos al dualismo de los
sexos, para que lleguemos “a ser lo que no éramos”.
De: Paradiso
José
Lezama Lima
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