de escasa ternura esta tierra
de larga noche sus torres
de larga noche sus torres
de estamentos
cuya incursión propicia
acaso no veamos
cuya incursión propicia
acaso no veamos
y esto
sin más testigo
que pórticos
deudas de inmensa gratitud
en lo más bajo del cielo
sin más testigo
que pórticos
deudas de inmensa gratitud
en lo más bajo del cielo
y es otra vez la más antigua
de todas las cosas
de todas las cosas
el bien del mal
buscando abrigo en lo inhóspito
como si fuera un desvelado ruiseñor
buscando abrigo en lo inhóspito
como si fuera un desvelado ruiseñor
y he aquí que se yergue
en la canción vencida
en la canción vencida
y se dirige
al colmo de la sombra y clama
por alcanzar el sentido
al colmo de la sombra y clama
por alcanzar el sentido
—no el nombre—
de la voz carnal
de la voz carnal
y después cae
y se levanta
y se levanta
y vuelve a caer
radiante en sus harapos
radiante en sus harapos
y lo que sigue es una fiesta
de perspectivas más que humanas
de perspectivas más que humanas
—porque caer es una gracia—
María Negroni
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