Hay en el aire un emisario invisible
que grita en susurros:
se acerca la tormenta.
Dentro de mí una calma maníaca
que no es calma, sino espera
a que algo estalle o me abrace.
Yo no entiendo cómo el cielo
abandonado por las nubes
puede aguantar su tensión azul.
Economía
de guerra
Ana Pérez Cañamares
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