Nombrarte
me
sobrevive
es
mi último verso
mi
ojalá deslumbrado
es
la luz de la mañana
la
promesa del beso.
Nombrarte
es
la poesía del oleaje
la
belleza del verbo
un
corazón que dura más que la vida
de
los astros
el
mar donde se baña el ocaso.
Nombrarte
es atravesar el Asia
hasta
la asfixia
separar
los guijarros de la oscuridad
reposar
la cabeza
en
la fatiga
no
tener escalofríos
y
salvarse de todas las ventiscas.
De: La doble rendija
(en preparación)
Daniel Noya
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