un niño aguarda en el umbral
en la casa de la primera nieve
mi abuelo me dio un sello
madre cortaba las rosas del corpus
dejó caer las rosas, las lágrimas
en la casa de la primera nieve
encontraron el abrigo en la leñera
una alcoba, dos zapatos, dos cirios
el miedo era dorado, era de oro
en la casa de la primera nieve
un niño aguarda en el umbral
hoy llegó el invierno,
la lluvia toda la mañana, y el sol, que asomó
sólo para despedirse. Fue un día limpio,
el fuego, la mujer
que vuelve todas las tardes, antes de que oscurezca,
la gata en la cerca cuando dejó de llover.
Las palabras que escribo
no son ya palabras del asombro, ese instante
de soledad que abraza el tiempo, sin darse cuenta
duerme ahora en los párpados.
Lo arroparán días de luz escasa, el viento
que hoy se lleva las últimas hojas de los lilos.
La sumisión de los árboles
Tomás Salvador González
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