Tampoco los haikus, es decir, los poemas zen, son “expresiones”
del alma. Pueden interpretarse más bien como “ puntos de vista de un nadie”.
En ellos no se puede buscar ninguna interioridad. No se expresa
allí ningún “yo lírico”. Tampoco las cosas del haiku están “apremiadas a nada”.
Ningún yo “lírico” inunda las cosas, las convierte en metáforas o símbolos. Más
bien, el haiku hace que las cosas brillen en su ser así. El no estar apremiado
a nada como temple fundamental del haiku apunta al corazón ayunador del poeta,
en el que a modo de “nadie” se refleja el mundo.
Filosofía del budismo zen
Byung- Chul Han
No hay comentarios:
Publicar un comentario