Me tortura mi estilo –después de todo lo es-. Me tortura pensar
que nunca escribiré en una bella prosa. Y ello por una razón mental, por una
semiafasia que me obliga a romper cualquier ritmo incipiente. Pensando en el
asunto, se trata de un problema musical, se trata de mi imposibilidad de
incorporar o percibir el ritmo.
En verdad, todo esto
es una falla de atención, un temblor constante allí donde los demás piensan.
(…)
En suma, se trata de un
problema musical o de un temblor en ese lugar al que se refieren los demás
cuando dicen <<alma>>.
Diarios
Alejandra Pizarnik
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