Qué
lejos te siento
y
todavía no te has ido.
Estás
aquí tan lejos, tan distante
como
mis ojos
mirándote
en
tu segura ausencia.
Estás
aquí,
desparramándote
sobre mi soledad,
susurrándome
que
todo
está por concluir.
Estás
aquí tan lejos
y
es inútil besarte en el presente.
Sé
que la lluvia me traerá tu recuerdo
y
que bebo el último trago
de
una botella ya vacía.
De: La doble rendija
(en preparación)
Daniel Noya
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