Imagen: Pierre Bonnard |
Amor,
ahora no
desaparezcas.
La muerte no
tiene corazón.
Porque sólo
hay una manera cuando hasta el río fluye
con palabras
en lengua extraña.
Sólo una palabra tuya
para que aparezca el sueño.
La muerte no
tiene corazón.
Amor,
háblame,
dime qué
desconocido
te ha besado,
o ha sabido
mejor que yo
dar
un abrazo a tu niñez.
DE: Cierra el portón
Daniel Noya
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