UNO NUNCA SABE COMO LLEGA
y a quién toca;
en dónde dejamos un pedazo de cabello,
una palabra,
las huellas que salen del pie o de la
lengua,
o el momento de un ojo
que queda vertical sobre otro ojo.
Uno nunca sabe si el agua
llega a otra memoria, a otra cabeza,
o si el nombre que te nombra
existe aún en la piel que cubre
a otros hombres por la vida.
Uno nunca sabe si del hueco
que se hace para esconder semillas
brota una madera ilusionada
que forma la ventana
por donde una cara, que no conoces,
mira.
Uno nunca sabe.
New York,12th Street
De: Poesía cubana: la isla entera
(Antología)
Maya Islas
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