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Adonde amo y soy amada,
hacia la nieve, me dirijo;
voy a las casas que amo
sin sentir obligación ni compasión;
voy adonde pertenezco, inexorablemente,
como lluvia hace tiempo retenida
en el surco; he dado
o hubiera dado
vida al grano;
mas si no crece o madura
con la lluvia de la belleza,
volverá la lluvia a la nube;
el recolector afila su acero en la
piedra;
pero este no es nuestro terreno,
no lo hemos sembrado nosotros;
sin compasión, sin compasión, dejemos
El-lugar-de-la-calavera
a aquellos que lo han modelado.
De: Trilogía
H.D
fascinante leerte
ResponderEliminarme has encantado