Imagen: Francesca Woodman |
Incredulidad
No eres
posible,
no es posible
que todo el calor del mundo
haya cobrado la forma de tu cuerpo
tendido e irradiante junto al mío,
no es posible tu cuello
girando sobre la almohada lentamente
como fanal de dicha,
tanta fructificación no es
posible,
tan alta primavera
desbordando
tus pechos y tus manos
hasta
inundar todas las alcobas de mi vida,
no
es posible el latido de tu sueño
cuando
convoca
paisajes
como caricias, dédalos susurrados
de
fraternidad y auxilio y maravilla,
no
es posible la paz de tu vientre rubio
si
te busco debajo de las sábanas.
Desnuda
no eres posible. Junto a mí, no es posible.
Eres
lo más real y no es posible.
Cuaderno de Berlín
Jorge Riechmann
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