(5)
Las
tardes parecen eternas.
Sin embargo,
cómo corre el tiempo,
cómo desaparece todo.
Anochece lentamente
en Isla Cristina.
Y por la noche
nos asusta el ruido que hace el aire.
Tengo todavía en el paladar del corazón
el oleaje del mar,
la lentitud del beso
cerrando las persianas.
Y cada día tengo un poema
en la mesilla de noche.
De: Poemas de Isla Cristina
Daniel Noya
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