Marc Chagall |
Declino
mi cuerpo,
es un instante, tiene agujas
y dedos nerviosos,
a veces brotan canciones antiguas
por las arterias
y, en ocasiones, un aliento
sin cicatrices.
Declino
mi cuerpo,
es un laberinto sin mapa,
una soledad sin respaldo,
a veces luz,
en ocasiones sombra,
abismo
sin fondo.
Declino
mi cuerpo,
es un corazón de sonidos carnosos
en una isla de melancolía,
a veces delirio sin lecho,
en ocasiones mortal,
una hoja en invierno,
voz
sin máscaras
y unos labios para vencer a la
muerte,
un cuerpo para el amor
y la palabra.
Declino mi cuerpo,
es un revoloteo
enredado junto al tuyo
que me llama con la promesa
de una caricia
de inocencia.
Declino
mi cuerpo,
es una nada,
a veces cataclismo
y, en ocasiones, cordura.
De: La doble rendija
(en preparación)
Daniel Noya
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