Recreación poética del final
de una novela de Banville
¿Pastillas?
No, que soy hipocondríaco.
¿Veneno?
Tampoco, suena demasiado literario.
Y cortarse las venas
también descartado por ser propio de estoicos.
¿Un disparo?
¿Confundido entre la bruma de una alta montaña?
¿Sobre aquella roca donde tuve mi primer amor?
¿En el cauce caudaloso de un río para ahogarme junto a los
peces?
¿En la cabeza o en el corazón?
He aquí el gran dilema, el final
en forma de pájaro
del naufragio de mi vida.
¿Un disparo?
¿Muerto,
mi cadáver flotando sobre el agua?
¿Que no roce ni las mejillas ni las venas?
Padre,
abre
de nuevo tu muerto corazón
y
enséñame otra vez a nadar.
De Algo sucede en su mirada
Daniel Noya
No hay comentarios:
Publicar un comentario