(6)
Mi aliento está sin deseo,
mi
memoria
sin
sábanas para la calidez,
es
otoño pero no vas a besarme
y
hay un silencio
que
no sé descifrar.
Es
el principio de lo funesto
y
he perdido las coordenadas
de
mi corazón,
respiro
por tus ojos
y
ya no sé ni temblar
porque
mis latidos se han roto
en
la oscuridad.
Espero como un animal herido
que
regrese mi alma.
De: La doble rendija
Daniel Noya
En preparación |
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