En preparación |
No ha regado la lluvia
a los chopos
este otoño.
Mis manos están también secas.
Las metáforas también se han secado
y lucen pálidas
sin el aliento de la imaginación.
Se abren grietas a mi alrededor.
No ha regado el amor
mis venas, mis pobres huesos no
encontraron
el jardín
y sobre el cielo se cierra el
horizonte.
Apenas
vibra el trueno y me lavo en mis
propias
lágrimas,
soñando olvidar tu cuerpo,
pero estoy inmóvil,
ciego,
sin esperanza.
De: La doble rendija
Daniel Noya
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