Materia,
no tienes labios.
Te
escondes
en
el silencio sin alma
y
no escuchas a la vida
abrir
los ojos.
Materia,
infeliz
late mi corazón
y
no abraza mi sangre sino la soledad,
las
alas
de
una polvorienta esperanza.
De: La doble rendija
(en preparación)
Daniel Noya
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