(1)
Mi padre
me enseñó a pescar
durante tardes eternas
de veranos viejos.
A la sombra de los talas,
sin hablarnos,
pasábamos las horas.
Yo conocí
en su silencio
las sutiles formas de la soledad.
Respiré
en el aire marrón del río
el olor de su tristeza.
Y aprendí
que yo también llevaba
el don de la melancolía.
me enseñó a pescar
durante tardes eternas
de veranos viejos.
A la sombra de los talas,
sin hablarnos,
pasábamos las horas.
Yo conocí
en su silencio
las sutiles formas de la soledad.
Respiré
en el aire marrón del río
el olor de su tristeza.
Y aprendí
que yo también llevaba
el don de la melancolía.
(2)
Buscar la palabra,
la exacta,
la precisa,
la maldita palabra,
con ciega terquedad,
con ansia,
con urgencia.
Buscar la palabra
con sed de enfermo,
y saber que no es agua.
Presentir que es la llave
de todos los infiernos,
el corazón del caos,
el final
de las búsquedas perpetuas.
Y buscarla.
la exacta,
la precisa,
la maldita palabra,
con ciega terquedad,
con ansia,
con urgencia.
Buscar la palabra
con sed de enfermo,
y saber que no es agua.
Presentir que es la llave
de todos los infiernos,
el corazón del caos,
el final
de las búsquedas perpetuas.
Y buscarla.
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