DESPEDIDA
(A mis alumnos de Barco de Ávila)
Yo miraba la nieve,
miraba
la nieve hasta volverme blanco.
Miraba
la luz,
el
color del cielo
que
día a día inventaban los pájaros
a
través de vuestros ojos.
Algunas
veces comprendía
que
más allá de la ventana
estaba
el mundo
y
os quería también desde la distancia,
calladamente,
como
el sueño de un mar sin nudos
en
el espejo de vuestra felicidad.
No
poder decíroslo todo.
No
poder deciros siquiera que la vida
tiene
otra lógica,
aún
más amarga,
deciros
adiós
tranquilamente,
ausentarme
tal vez como un árbol a mediodía
para
encontrarnos otra vez,
riéndonos,
juntos
en la nieve, por fin.
De: Cuatro raíces Daniel Noya
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