MELODRAMA
La luz del alba daba lucidez al canto
de un pájaro en el jardín.
Cantaba como si lo supiera todo
clarísimamente.
Yo desperté con miedo
y tú dormías haciendo mohínes, tal vez
esperando una piedad.
El pájaro lo entendía todo. Cada signo
le era claro.
Yo descifro las cosas con lentitud y
cansancio
y siempre he querido una vida más
explícita.
Mi pantalón colgaba de un clavito
y era muy cómodo a la mirada,
colgaba bello y vulgar:
un objeto real, no signo, no cifra en
la primera luz.
Nada que descifrar, sólo un poco de
pena evidente
porque caía laxo y abatido como un
trapo. Y entonces
en su caída
empezó a dibujarnos, y se hizo signo, y
qué feroz.
¿Tú, aún sigues esperando en tu sueño
una piedad?
De: Historia natural
José Watanabe
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