DE MI FÚNEBRE CARNE
Indelicado es quien reniega
del aspecto de sus ropas carnales,
traje fugaz cosido sobre el hueso,
frágil vestido de los esqueletos,
ropaje que no es pelo ni pelaje,
manto de mal y desesperaciones,
velo por tanto tiempo violado
por tenaz manoseo y por miradas…
Así es, sin embargo,
la mezquindad de mi naturaleza:
aborrezco la piel de mi vestido,
la obscenidad salvaje de mi sangre,
toda mi anatomía y sus harapos,
y voluntariamente arrancaría
los falsos atavíos del sentido
para dormir impúdicamente,
encarnado y carnal fantasma.
De: Meditaciones y otros
poemas
Theodore Roethke
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