UN RITUAL
Se
trata, dice Alfonso Reyes, de un ritual masoquista inventado por los asirios.
Quizá fue la manera de distanciarnos de los hirsutos antepasados. El rostro
libre de vello demostraba que ya no éramos antropoides.
Ningún
arte llega a aprenderse de verdad. Hasta en la disciplina practicada a diario
desde edades tempranas hay siempre fallas, errores, movimientos en falso que se
pagan con sangre. Inútiles la experiencia, el aprendizaje, la constancia, la
técnica, la atención, el cuidado: como la página perfecta, la absoluta lisura
no se alcanza jamás, aunque el cartucho de varias hojas se lleve jirones
invisibles de piel y abra heridas microscópicas.
No
importa el tiempo invertido. Así como en el texto mil veces revisado saltan los
errores cuando ya no hay remedio, al terminar de afeitarse nunca falta un
sector impune, una maleza irreductible a las navajas (…)
De: La edad de las tinieblas
José
Emilio Pacheco
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