El poeta
Al recibir sentías la misión.
¡Ojalá en ella hubieras sido siempre el
oferente!
Si, en cambio, piensas que tus versos
tuvieron perniciosa influencia en otras
almas
(y ellas pudieron influir también así
ya que hasta la vergüenza puede aún ser
orgullo),
entonces, ¡ay de ti!
De: Dolor
Vladimir Holan
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