Trabajé el aire
Trabajé
el aire,
se
lo entregué al viento:
voló,
se deshizo,
se
volvió silencio.
Por
el ancho mar,
por
los altos cielos,
trabajé
la nada,
realicé
el esfuerzo,
perforé
la luz,
ahondé
el misterio.
Para
nada, ahora,
para
nada, luego:
humo
son mis obras,
ceniza
mis hechos.
…y
mi corazón
que
se queda en ellos.
Sin esperanza,
con convencimiento
Ángel González
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