Cromatografías
(1)
Mi deseo ya no tiene tinta.
Estéril,
vacío,
ronda cuerpos de fantasmas,
recorre las estribaciones
fugitivas
de los recuerdos
y bebe la pócima hiriente del
olvido.
Es un viajero andrajoso
sin brújula,
una casa abandonada donde ya
no calienta el fuego,
la oscuridad desvestida pegada a
mi ropa,
el escalofrío
de un nuevo invierno clavándome
sus garras,
golpeándome las mejillas.
De: No todos los días alcanzan la belleza
Daniel Noya
No hay comentarios:
Publicar un comentario