Gilberto Frómeta |
En
la esperanza deja tu corazón
con
sonido.
Deja
tu corazón palpitar como una temprana raíz.
Abre
tus
ojos
antes
que se oxide el mar,
antes
que se incendien las palabras verdaderas.
En
la esperanza
déjate
arrullar, déjate caer como una piedra hacia el vacío.
No
sientas temor,
deja
que tu voz sea como una lámpara,
que
tus manos aprieten el lenguaje de la dicha,
deja
que tu piel sienta la alegría de los viajes.
Deja
que llegue hasta tu médula
y
que sea la llave
de
tus párpados, que invada todas las orillas
y
que sea el hilo de tu lengua,
deja
que sea el color de tu cautiverio
y
el olvido de todas tus pérdidas.
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