Suenan, el disco, Casals y su chelo,
melodías que la muerte
no ha podido acallar;
pero nace el silencio y
-luego, luego-
puntea el balafón
los lejanos sabores de mis días de antaño
¡ese sempiterno ir y volver!
El calor y el frío,
el aroma y el hedor,
la luz y la oscuridad…
¡Todo es uno, todo es uno!
La ternura y la crueldad.
Sexo;
una danza
ardiente
y un
pájaro muerto.
Una danza
ardiente,
vaivén
que construimos
eternamente.
El pájaro
muerto,
caído
entre la nieve
que rodea
el bosque negro.
Sexo
-sábanas
y pelos-;
una danza
ardiente
y un pájaro
muerto.
Voz de
las dos orillas
Agnès Agboton
(Los poemas de la Voz de las dos orillas
fueron escritos, originalmente en lengua gun, que se habla al sur de Benín, en
las riberas del golfo de Guinea)
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