SUEÑO Y TRASTORNO
Por
la tarde, el padre se hizo anciano; petrificóse el rostro de la madre en
oscuras estancias, y el muchacho sufría bajo el peso de la maldita estirpe
decadente. A veces se acordaba de su infancia, llena de enfermedad, terror,
tiniebla, discretos juegos en el jardín de estrellas, o de cómo iba alimentando
ratas en el patio del crepúsculo. Del espejo azul surgió de pronto la esbelta
figura de la hermana, y él cayó, como muerto, entre lo oscuro. Por la noche su
boca se entreabría, igual que un rojo fruto, y resplandecían las estrellas
sobre su mudo duelo. Y llenaban sus sueños, por entero, la antigua casa de sus
padres.
De: Revelación y ocaso
Los poemas en prosa
Georg
Trakl
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