ALMA DE OTOÑO
Segunda
versión
Voces de cazadores y ladridos
sangrientos;
por detrás de la cruz y la parda colina
destella tenue, ciego el espejo del
agua,
el azor da su grito claro y duro.
Sobre el sendero, sobre los rastrojos
negro y medroso se cierne ya el
silencio;
límpido el cielo entre las ramas; sólo
el arroyo corre igual y silencioso.
Ya pronto se escabullen peces y
venados,
alma azul, oscuro deambular
ya pronto ha de apartarnos del amor, de
los otros,
la tarde cambia la imagen y el sentido.
El pan y el vino de la vida justa,
Dios, en tus benignas manos
pone el hombre el fin oscuro,
toda la culpa y el rojo dolor.
De: Sebastián en sueños
Georg Trakl
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