Desde que dejé de fumar
sólo beso
a mujeres fumadoras,
saboreo labios encarnados con sabor a nicotina
y mezclo mis labios
con el humo de sus labios
acariciadores.
Desde que dejé de beber
sólo beso
a mujeres bebedoras,
muerdo labios con sabor a alcohol
y mezclo mis labios
con la destilación de sus líquidos labios
tentadores.
Desde que dejé de soñar,
como en una selva oscura, al final del viaje de mi vida,
sólo beso en sueños a mujeres imaginarias,
acaricio
y saboreo labios con sabor a humo y a alcohol
y beso todos los labios con el amor de mis labios
soñadores.
Daniel Noya
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