SONETO DE ABRIL
Ahora que es abril, y el mar se ausenta
secándose en sí mismo como un llanto,
veo mi amor que te dedico: aumenta
siguiendo el rastro de mi propio
espanto.
En mí, tu dulce espíritu presenta
todas las sugerencias del encanto,
que a mi fuente vendrás y no sedienta
pues mi fuente no es de agua, que es de
canto.
Ahora que es abril, y van muriendo
las hermosas canciones de otros meses,
así te quiero, igual que te me
escondas:
amarte de una vez todas las veces
en que soy carne y gesto, falleciendo
como una voz llamada por las ondas.
De: Acontecimiento do
soneto
Lêdo Ivo
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