NO LEVANTES LAS CARTAS
Desde que mi mala suerte crónica
se esfumó en el mazo de cartas de mi
amante,
las evito silenciosamente,
no abriré la ventana en días de viento.
Desprendo las horquillas de su largo
pelo negro
y le quito el vestido yo mismo,
para que el revuelo no sacuda el aire
viciado
y haga volar las cartas.
Le digo, no pienses ni por asomo
en agarrar una escoba
o en bailar agitando tus pechos.
Recuéstate en mis brazos
y observa la luz caer
dorada sobre nosotros
en mudo silencio.
No levantes las malditas cartas.
De: Paseando al gato negro
Charles Simic
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