WEST 35th STREET
¿Por qué sigo empeñado en encontrar
la mujer que imagina uno en su mente?
Y, además, ¿es que existe esa mujer?
Muchos ya descubrieron al principio
que esa mujer no existe. Al darse
cuenta
buscaron al azar una cercana.
Renunciaron al sueño y se adaptaron
a una pequeña dicha y su tristeza.
La vida no da más, seguramente.
De:
Ciudad del
hombre: Nueva York
J.M. Fonollosa
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