Moriré siendo poeta.
Asesinada por los que no lo son.
No renunciaré a ningún sueño,
no me resignaré a ninguna fealdad,
no aceptaré nada de otro mundo
que no sea el que yo misma he
construido.
He escrito, vivido y amado como Don Quijote
y el día de mi muerte diré:
“Que me perdonen,
todo esto ha sido un sueño”.
De: Diarios I
Anaïs Nin
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