AH CRISTIANI
Para descolgar
el sol,
no bastan
brazos largos
y ojos decididos.
El calor
tampoco lo derrotará
o ese baile
eficaz de astros
y palomas del espacio.
Para beber el sol
hay que respirar
hondo
contar hasta tres
y pensar en las derrotas
de la alegría
en los aplausos y en otras
cabronadas como el café
tibio o la princesa está triste.
Para desenmascarar
a los competidores del sol, hay
que salir de noche, hundirse
en el sagrado
sueño de los vivos
resbalar por veredas opacas y
calientes.
De: Son memorias
Francisco Urondo
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